El socialismo de facto de los guatemaltecos de a pie
Me llama muchísimo la atención, no pasa el día en Guatemala donde no haya una u otra persona que se queje por la situación actual del país. Ésta idea no es única para Guatemala. Habiendo tenido la buena oportunidad de viajar por el mundo, iguales cosas he escuchado a donde he ido. Recientemente la semana pasada tuve la oportunidad de ver a una parte de mi familia viajando a Panamá. Me llamó la atención que al momento de pedir un Uber, el muchacho se "descosió" contándome como el gobierno es corrupto e ineficiente y cómo la vida de los Panameños de a pie paga las facturas de su gobierno.
Es quizás el 15º país donde escucho a alguien quejarse de manera similar a lo que escucho desde que era niño en Guatemala. "Los políticos se roban el dinero", "... es que la corrupción en el país solo favorece a los que están en el poder". En fin, un millar de pretextos que se escuchan, sobre por qué el país está como está.
A todas estas, me pregunto ¿Acaso la persona que los dice es libre de pecado y por ende, arroja la primera piedra? Los principios de la acción humana de Ludwig Von Mises nos dicen que no, que lo más probable es que sean tan imperfectos como aquellos que están en el poder. La única diferencia probablemente sea que cada uno está en el lugar que está.
Ahora bien. Acá en Guatemala, en particular, todo mundo defiende a Jacobo Árbenz como el mejor presidente que ha tenido el país. Yo en particular (no habiendo vivido en dicha época, y aclarando que para la escritura del presente artículo no he realizado una revisión de textos exhaustiva) me parece que la política agraria de Árbenz y el decreto 900 pecan de ser socialistas/marxistas en extremo exceso. Si bien, pasado el tiempo esto causó que en Guatemala, el pueblo en general agradezca a Árbenz su movida. Aún más de 60 años después se le recuerda como el liberador de la opresión "capitalista", increíblemente, a la contra de su predecesor, Juan José Arévalo.
Lo más notable es que la percepción nacional del gobierno perduró a través de la memoria de Árbenz hasta nuestros días. Hoy en día, se tiene la idea por parte de un buen trecho de la población, que es necesario que el Estado mismo le provea a las personas de recursos para su subsistencia. Yo opino que no. De ser así, ¿Por qué el Estado NUNCA me ha dado de comer? El Estado NO ES nuestro papá o mamá. El Estado únicamente debiera ser la infraestructura a través del cual se pueda dar organización social en un ámbito igualitario para todos los miembros de su sociedad: igualdad de derechos, respeto al derecho de propiedad, principio de no agresión.
Ojalá el estado tuviera que darme de comer a diario pensará mucha persona en Guatemala, pero la verdad es que no tiene por qué hacerlo. Ojalá que el Estado me de salud, pero no tiene por qué hacerlo. Ojalá el Estado me dé trabajo, pero de nuevo, no tiene por qué hacerlo. El Estado no es una caja que abrimos y que funcione como una billetera o cuenta bancaria. No es un doctor esperando a ver si me enfermo para cuidarme. No es mi chef personal, ni mi manicurista.
Todos son comunistas en Guatemala, hasta el mismísimo momento en el que le tocan la billetera. Ahí, ahí todos son capitalistas con machete y pistola defendiendo su propiedad a capa y espada.
Qué visión tan limitada la de mis estimados compatriotas, que piensan que el estado es un proveedor. Cuán equivocados están. Es ésta misma mentalidad la que tiene a la gran mayoría de los pueblos sumisos y sumidos dentro de la corrupción imperante, pues es esa misma mentalidad la que da lugar a la corrupción desde un principio. En el exacto momento en el que yo veo al estado como alguien que me debe proveer a mí de algo, no solo me hace actuar como inepto, sino que encima me priva de mis propias oportunidades de crecimiento, ya que dejo de pensar en la forma en como yo mismo puedo salir de la situación en la que esté (ley de la naturaleza).
Es por eso que hay corrupción, y es por eso que programas "sociales" como la bolsa segura, comedores solidarios y demás medidas marginales, únicamente sirven de trampolín para más corrupción y robo. Yo no tengo por qué mantener a otras personas. Incluso me podrán decir que es un poco cínico lo aquí escrito, más aún siendo egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, la universidad estatal. La diferencia es que, mi universidad, reconozco fue pagada por todos los que pagamos impuestos en mayor o menor medida. Mi universidad no fue gratis, fue una beca que el estado me dio. En este caso, el estado dio una oportunidad, y como profesional, yo pago de vuelta la oportunidad con mi trabajo y mi pago honrado y oportuno de mis impuestos y le doy la oportunidad de educación a alguien más y pago los honorarios de vuelta.
A diferencia de la beca universitaria que es estudiar en la USAC; Donde tarde o temprano se paga de vuelta a través de TRABAJO –una forma de generar riqueza–programas "sociales" como los mencionados anteriormente únicamente roban al pueblo. Ni siquiera es como Robin Hood, donde roban a los ricos para darle a los pobres. Lo mejor que puede hacer el estado, éste, o cualquier otro, es renovarse de personas que tengan más de dos dedos de frente y se percaten que la única forma en como ellos pueden ayudar al pueblo es generando trabajo y no consumiendo al hacer crecer el estado.
En el momento que las políticas existentes formen personas que entiendan finalmente que para salir de la situación actual deben trabajar, que para tener salud, deben trabajar, que para tener comida, deben trabajar... no saldremos de esa "mala" situación como país que tanto se quejan, aquí y en otro sitio.
A final de cuentas, igual es aquí en Guatemala como en otros lados. Igual habrá gente corrupta, e igual habrá gente necesitada. Pero la verdad es que la situación guatemalteca, la situación del guatemalteco de a pie, realmente no es tan mala como la pintan. Acá a diferencia de otros países, tan solo hay recursos naturales, hidrológicos, económicos y sociales. Con tan poca cosa no entiendo como es que el estado aún no me invita a comer...